SOBRE LA DEMOCRACIA (de Corte Meinvielle-Castellani – Diccionario de Teología Moral-D´Angelo Rodríguez)

Por distintas razones suspendí la aparición de esta página, pero prometo seguir con la  tarea de francotirador, aunque los casi 83 que tengo pesan un poco.

Las recientes elecciones han planteado nuevamente entre católicos el problema de la aceptación de la democracia como forma de gobierno legítima. Razones no les faltan a los impugnadores, pero algunas de sus críticas son meramente ideológicas. es decir, alejadas o contrarias a la realidad, obedeciendo muchas de ellas a preferir la opinión propia, tenida por infalible (La soberbia es mala consejera).

Y ajustarse a la realidad es el primer paso, sin descuidar por cierto que detrás de todo problema político existe un problema teológico (Donoso Cortés dixit), perteneciente a un plano superior, y por lo mismo, de inaplicable aplicación a la acción política cuya primera regla consiste en practicar la prudencia, virtud indispensable para el bien vivir y el bien hacer.

Es aceptable la democracia como forma de gobierno legítima si es que procura el bien común, con todas las salvedades que surgen de los autores seleccionados, e instó a los jóvenes lectores -si encuentro alguno- a que se animen a la acción, desoyendo a los “incorruptibles”, que a veces me hacen recordar a Robespierre, mal que les pese. Y pido perdón a los amigos de muchos años, que no se encabriten. Es natural, insisto, que un católico ferviente y combativo no distinga bien en la teología y la política.

Además, la democracia es la forma que mejor se adecua a la sociedad argentina y goza del consentimiento popular, según recomienda Santo Tomás.

La triste realidad de nuestra Patria quizás pueda modificarse con la prédica y la acción política, tarea de larguísimo aliento que espera a los jóvenes de hoy, porque construir “una sociedad viva”-la que recomienda Marcel de Corte- no es cuestión de un día.

Con el propósito de encausar la discusión, presento algunos textos que merecen ser leídos y meditados pacientemente.

1)“La democracia es un régimen político tan viable como cualquier otro, a condición de que sea el resultado de una sociedad viva. El orden político está en estricta dependencia del orden social y no a la inversa”.

“La democracia política que no esté sustentada por una sólida democracia social preexistente, es decir sobre las realidades familiares, profesionales, comunales y regionales a medida del hombre, estrictamente despolitizadas, es la muerte de un pueblo. Si nosotros queremos purgar la democracia de sus males y devolverle la salud, hay que realizar la sanatio in radice indispensable y, por fuera de la política, establecer los fundamentos sociales del régimen que parece ser el de nuestra época. No decimos que la cosa sea fácil, sino absolutamente lo contrario. Pero entre vivir socialmente o perecer políticamente, la elección de todo hombre no cegado por los prejuicios de un tiempo absurdo está hecha”.

(Marcel de Corte, Essai sur la fin d´ une civilisation, Librairie De Médicis, Paris, 1949, p.112)

2)Como el individualismo ha sido la premisa del colectivismo, así la democracia mecánica, formalista, que se resuelve solo con la suma matemática de los votos (seudodemocracia) ha cedido el paso a un triunfante poder de la masa sobre el individuo. La democracia tiene sus defectos. Para gobernar son precisas facultades morales e intelectualmente adecuadas: pero como todo ciudadano tiene derecho a presentarse como candidato es evidente la posibilidad de que haya intrusos. Además, los partidos durante la campaña electoral se dejan llevar por grandes promesas que después no están en condiciones de realizar. La demagogia es por lo tanto un fenómeno ordinario de la corrupción de la democracia La democracia puramente formalista y mecánica, llega al burocratismo, a la superación de la responsabilidad, a la opresión de las minorías, al predominio de las finanzas(plutocracia), a extravíos políticos profesionales, a la corrupción. Sólo una comunidad orgánica que ha vivido como unidad de vida nacional para realzar el fin común, puede dar bases seguras a la vida democrática.

(Diccionario de Teología Moral, Roberti-Palazzini, Editorial Litúrgica Española,1960, Barcelona, págs.354.355)

3) ¿LA DEMOCRACIA TRADICIONAL, SEGÚN EL PADRE MENVIELLE (Reproducción del artículo publicado en esta página el 9 de junio de 2018) https://www.aladerecha.com.ar/? p=947

Para que nadie – sino los que por su jactancia no quieren ni pueden conocer la verdad, tienen ojos y no ven, oídos y no oyen- se llame al engaño, comienza el Pontífice su alocución* afirmando el carácter tradicional de la democracia sana, que si siempre fue optativa para los pueblos pareciera ser imperativa. Apenas precisa recordar-dice- que según las enseñanzas de la Iglesia no está prohibido preferir con moderación las formas populares del gobierno, sin perjuicio, empero, de las enseñanzas católicas sobre el origen y el uso de la autoridad; y que la Iglesia «no desaprueba ninguna entre las formas de gobierno, siempre que éstas sean conducentes al bien común de los ciudadanos”. (León XIII, encíclica Libertas, 20 junio de 1888). Y en estas palabras tradicionales, expresamente recordadas, hasta toda la doctrina que el Pontífice no hace sino esclarecer.

La democracia que Pío XII  considera aceptable, primero, no es la democracia pura -hacia la que tiene el mundo moderno-, sino una forma popular moderada; segundo, no la proclama ni la mejor ni la única buena; tercero, no debe estar condicionada por la idea de libertad, sino por la del bien común; cuarto, supone la constitución, no de una masa igualitaria, sino de un pueblo jerárquicamente estructurado; y, exige una autoridad real y eficaz, derivada y sometida a Dios; sexto, comprende un cuerpo legislativo compuesto por hombres selectos, espiritualmente superiores y de carácter  que se consiguen representantes del pueblo entero y no mandatarios de una chusma; séptimo, que no incurra en absolutismo de Estado.

Es decir, que el Santo Padre, partiendo, como de base de la idea de que la democracia importa un autogobierno o participación de la multitud en el gobierno, establece las condiciones o recaudos que, templando y modelando este autogobierno o participación de la multitud en el gobierno, pueda dar origen a una forma legítima y sana de la democracia.

Exactamente lo mismo que hacían Aristóteles y Santo Tomás, quienes después de analizar la naturaleza última de la democracia, llegaban a la conclusión de injusticia y perversidad si era llevada a las últimas consecuencias entrañadas por su concepto; pero reconocía que esa tendencia al autogobierno de la multitud, si no se le permitía llegar a las últimas consecuencias, sino que era templada y moderada con elementos de otras formas puras como la unidad de la monarquía, la virtud de la aristocracia, y aún la riqueza de la oligarquía, podía ser un régimen legítimo y aceptable, que denominaban «politia» o república.

Condiciones, en rigor, antidemocráticas que, al templar y moderar la perversidad expansiva del igualitarismo universal absoluto, dan origen a una cierta  y conveniente participación de la multitud en el poder.

De aquí se sigue que la democracia tradicional aceptada por el Pontífice implica la reprobación de la democracia moderna, tanto en la forma liberal y socialista, como en la absurda de los católicos democratistas. Porque estas democracias se apoyan en un concepto de una nueva civilización; niegan o rebajan el origen divino de la autoridad; hacen del pueblo un mito; no pueden evitar la tiranía de la cantidad y del número; identifican la justicia con el régimen popular; están  impulsadas por el igualitarismo universal absoluto, etcétera.

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Posibilidad de la democracia tradicional

La alocución del soberano Pontífice, al preconizar la democracia tradicional, ha vuelto a plantear las posibilidades de la democracia en las condiciones actuales de la vida moderna, sin que el hombre esté atomizado por 400 años de progresiva descristianización. ¿Cómo estructurar la sociedad para que sea pueblo y no masa? ¿Cómo se puede difundir la idea de bien común a una masa que ha perdido las nociones fundamentales de los valores morales? ¿Qué procedimientos emplear para qué, sin alterar los anhelos de igualdad, se logre la asamblea de selectos de que habla el Pontífice? ¿Cómo asegurar un gobierno- expresión de la nación , cuando ésta se halla dividida por tantas banderías y disensos? ¿Sobre qué base realizar la unidad de los pueblos?

Se aprecia el alcance de estos tremendos interrogantes cuando se tienen presentes las palabras de Pío XII, en  Summi Pontificatus, referentes al proceso de descristianización, valederas perfectamente a las muchedumbres universales:

Muchos, tal vez, al alejarse de la doctrina de Cristo no tuvieron pleno conocimiento de que eran engañados por el falso espejismo… habla a del progreso cuanto retrocedían; de elevación cuando se degradaba; y la ascensión a la madure cuando se esclavizaban… ahora bien, el problema es gravísimo. Porque no hay duda que es certísimo lo que dice el Papa, que aleccionados por amargas experiencias, los pueblos se oponen hoy con mayor agresividad contra toda concentración dictatorial, pero no es menos cierto que después de cuatro siglos de descristianización sistemática de los pueblos se encuentra en una postración humana, intelectual y moral, espantosa; los pueblos están devorados por profundas disensiones que no provienen únicamente del ímpetu de las pasiones rebeldes, sino de la profunda crisis espiritual, que ha trastornado los sanos principios de la moral privada y pública y ha hecho naufragar aquella conciencia de lo justo y de lo injusto, de lo lícito y lo ilícito que posibilita los acuerdos, mientras refrena el desencadenarse las pasiones y deja abierta la vía a una honesta inteligencia.

Sentido del mensaje papal

De aquí que sea éste el sentido del mensaje papal. ¿Queréis democracia, y una democracia mejor?, dice a los pueblos del Papa. Tomadla, con tal que ella sea tal que respeten las leyes esenciales de las sociedades políticas, que deben regirse por el bien común. La Iglesia no se opone a ello; y aunque considera accesorios e indiferentes los regímenes políticos, cree conveniente que, hoy más que nunca cierta participación de los pueblos en su propio gobierno. Pero sabed que cuanto mayor sea esta democracia o participación, más necesaria será que mi influencia se haga sentir profunda y universalmente. Ella exigirá de vosotros una humilde y total aceptación de todas las enseñanzas de los Pontífices Romanos, desde Gregorio XVI en la Mirari Vos, Pío IX en el  Syllabus, hasta León XIII, Pío X, Pío XI, donde se condenan los pestíferos errores modernos y se establecen las bases auténticas de la ciudad cristiana.

Las palabras del Papa se hacen oír en un momento de excepcional solemnidad. Porque los pueblos, en loca pendiente, vienen alucinados por el progreso falso, y están a punto de caer en el abismo del comunismo ateo. La democracia, de que andan embriagados conduce inexorablemente a ese abismo. Ningún poder humano puede liberarlos de que (en) él se precipitan sin remedio. El poder material del Estado en el que muchos habían depositado su confianza y que con mano fuerte y totalitaria había intentado detener el alud, tiene que confesar su fracaso.

Entonces, ¿qué? Entonces habla la Iglesia por boca de su pastor supremo y dice: sólo yo puedo liberarlos. No con la democracia, que es una forma política accesoria e indiferente, sino a pesar de la democracia, que por sus exigencias metafísicas tiende a perderos. Yo puedo vencer la dialéctica de la historia, y si humanamente el mundo le pertenece hoy a Moscú, por disposición divina a mí me corresponde salvar a la humanidad, ayer, hoy y siempre ,hasta la consumación de los siglos.

Y sólo Roma puede elevar las multitudes a la virtud para qué entonces sin peligro pueda ser virtuosa la ciudad. Porque es un poder santificante, ella puede transformar por dentro al hombre, y de la condición materialista en que por sí mismo es arrastrado puede levantarle a la verdadera virtud y a la verdadera libertad, que sólo se alcanza en la santidad, cuando uno, lleno de orden y de virtud, se autodetermina al orden y a la virtud.

Por esto, cada día aparece más claro que la humanidad, desgarrada hoy en las entrañas de su ser, que pide libertad y democracia, sin saber que pide ni como lo ha de conseguir, sólo puede ser salvada por la Efusión del Espíritu de Dios, que sólo habita en la Iglesia Católica. Efusión que llegue a las almas individuales y quise también a las estructuras sociales. Si no quiere caer en la esclavitud de Moscú, la humanidad debe someterse a la disciplina sobrenatural de Roma.

Julio Meinvielle,Filosofía de la democracia moderna,-A propósito de la alocución del Papa Pío XII en la Navidad de 1944 (artículo aparecido en “Nuestro Tiempo”,16-3-45, reproducido en Concepción católica de la política,3ª edición, Ediciones Theoría, Buenos Aires,1961,págs.171-174)

4)No es raro que los cuestionadores de la democracia suelan tachar de liberal-russoniano al jesuita Francisco Suárez, considerándolo partidario del contrato social de JJR.

Sobre el punto aclara Castellani:
Lo que entiende Suárez decir es que la autoridad civil no puede ejercitarse sino para el pueblo y con algún modo de consentimiento suyo; mientras el Roseau(sic)pretende que debe ejercerse por el pueblo, y por medio de representantes o  mandantes elegidos explícitamente tiro a tiro, que por un lado tienen atribuciones   ilimitadas y deiformes en forma realmente monstruosa ,y por otra pueden ser depuestos al capricho de la multitud, ornada de una especie de Voluntad Divina, es decir, Infalible, Sapientísima y Creadora del Bien y del Mal. Error siniestro y herético, causa de todas las revueltas modernas y del terrible  envenenamiento político cuyas convulsiones todo el mundo sufre en este momento:

(Leonardo Castellani, “Sobre la democracia”, en Seis ensayos y tres cartas, Ediciones Dictio,Buenos Aires,1978, pág.51)

4) DEMOCRACIA ARISTOCRÁTICA Y DEMOCRACIA DE MASA

Este es uno de los comentarios que hizo el inovidable Aníbal D´ Angelo Rodríguez a la recopilación de artículos del Padre Castellani, recogidos en el último de sus libros publicados:

La forma democracia aplicada en una sociedad cristiana y aristocrática da un resultado que no sólo es distinto sino en algunos aspectos diametralmente opuesto al que resulta de la misma forma aplicada a una sociedad de masas posmoderna.

Hay  buena parte de verdad en lo que alegan muchos politólogos, desde Pareto a la fecha, de que todos los regímenes son, en definitiva, aristocracias u oligarquías (oligos: pocos). En ninguna monarquía el rey hace todos los oficios del poder y en ninguna democracia moderna (tampoco en las antiguas, si vamos al caso) gobierna todo el demos: ambas necesitan lo que hoy se llama  una «clase política». Si esto es así, el problema central de toda forma de gobierno es seleccionar a esa clase, es decir a «los mejores» (aristos) y los sistemas políticos no se diferencian por el número de los titulares del poder sino sólo por dos cosas: a) cómo definen a los mejores; y b) cómo, y por qué  métodos hacen la selección.

En la democracia aristocrática de fines del XIX la selección la hacía previamente la sociedad y el mecanismo eleccionario se limitaba a sancionar lo que la sociedad había hecho. En esa sociedad, los valores predominantes eran todavía cristianos y de una u otra manera influían en la conducta de la gente y guiaban el criterio de selección. Como resultado, el Congreso- la institución clave de una democracia- reunía a muchos de los auténticamente mejores y sus debates eran muchas veces, en verdad, esclarecedores.

En la democracia de masa de fines del siglo XX, como ya no hay prestigios sociales establecidos, la forma fue altamente racional de elegir ha pasado a la alternativa de «imágenes» (no hay político exitoso o fracasado- que no tenga su «asesor de imagen») que proyectan los medios de difusión.  el pensamiento pos moderno (ha sido identificado por otros como «pensamiento débil» y! vaya si lo es!) no proporciona guía alguna de selección. Para colmo han crecido, hasta ocupar el centro del espacio político, los partidos, que durante la moldura parte del siglo pasado eran meros clubes electorales sin existencia real más a la del tiempo de elecciones. Y han agregado una pre-selección, que se hace en su seno, y que aleja a los mejores”.

( La otra Argentina, Vórtice-Jauja, Buenos Aires-Mendoza 2020, p.71-72)

SOBRE LA CIENCIA POLÍTICA (en bastardilla las notas del Francotirador)

1) LA POLÍTICA COMO CIENCIA (I)

“La política es una ciencia esencialmente práctica por su propio objeto, y como ciencia práctica, debe necesariamente consultar la historia y la experiencia de las diversas formas de gobierno, para no construir a priori una doctrina de espaldas a la realidad.

“ Pues toda ciencia práctica es tanto más perfecta cuanto más desciende a los detalles en los que se desarrollan los actos humanos»

Por otra parte, siendo la política una ciencia esencialmente práctica, tiene relaciones íntimas necesarias con la ética y con el derecho natural. Hablando con propiedad, el derecho natural o filosofía del derecho es una parte integral de la ética individual y de la ética social o política, según se trate de derecho natural privado o del derecho natural público; pues el derecho, hablando con precisión, se reduce a la justicia de quien es objeto, y ésta es más que la parte integral de la moral individual y de la moral social, que abarcan también las demás virtudes.

En cambio, la moral social o política, en el orden natural lo puramente filosófico, es una ciencia esencialmente distinta de la moral individual, ya que ambas la individual y la sociedad, son dos especies distintas de la filosofía moral plenariamente dicha, que es como su género próximo.

La política no está fuera de la moralidad, como una sociedad no está fuera de la humanidad. El hombre no deja de serlo por vivir en sociedad, y la moralidad no deja de serlo por extenderse a la vida política del hombre. (Santiago Ramírez O.P, Pueblo y gobernantes al servicio del bien común) https://www.aladerecha.com.ar/?p=517

1)(Pero a este texto del gran tomista conviene  añadir lo que Aristóteles decía en el Libro I de la Ética Nicomaquea:

-“…no se ha de buscar el mismo rigor en todos los razonamientos…. Las cosas nobles y justas que son objeto de la política presentan tantas diferencias y desviaciones, que parecen existir sólo por convención y no por naturaleza “

-“la política no es una ciencia exacta, por lo que había de contentarse en mostrar la verdad de un modo tosco y esquemático, siendo bastante  llegar a conclusiones semejantes porque es propio del hombre instruido buscar la exactitud en cada materia en la medida en que la admite la naturaleza del asunto; evidentemente, tan absurdo seria aceptar que un matemático empleara la persuasión como exigir de un retórico demostraciones.

-“Por otra parte, cada uno juzga bien aquello que conoce, y de estas cosas es un buen juez; pues, en cada materia, juzga bien el instruido en ella, y de una manera absoluta, el instruido en todo. Así, cuando se trata de la política, el joven no es un discípulo apropiado, ya que no tiene experiencia de las acciones de la vida, y los razonamientos parten de ellas y versan sobre ellas; además, siendo dócil a sus pasiones, aprenderá en vano y sin provecho, puesto que el fin de la política no es el conocimiento, sino la acción, pues el defecto no radica en el tiempo, sino en vivir y procurar todas las cosas de acuerdo con la pasión. Para tales personas, el conocimiento resulta inútil, como para los incontinentes; en cambio, para los que orientan sus afanes y acciones según la razón, el saber acerca de estas cosas será muy provechoso”.

2) Por eso el diagnóstico de la realidad elaborado por  los jóvenes “politólogos” ,atiborrados de conocimientos muchas veces superfluos e ignorantes de los textos clásicos, que sus mismos profesores no conocen o desprecian, suelen chingar estrepitosamente. Son “discípulos no apropiados”, como enseñaba  Aristóteles.

Ni qué decir tiene de la mayoría de los economistas para quienes la política es una ciencia exacta dependiente de los números: PBI, balance de pagos, balanza comercial. Dicho esto sin negar la incidencia de la inflación, cuyo origen se debe a un problema moral:la emisión incontrolada de la moneda. Sobre esto alertaba  alguien que no era precisamente economista, sino sacerdote: el Padre Luis de Mariana-jesuita de los de antes-en su libro sobre “La mutación de la moneda”,lectura  recomendada por el Padre Castellani.

LA POLÍTICA (Selección de textos)

¿QUÉ ES LA POLÍTICA?

1) “La política es una actividad moral que nace naturalmente de las exigencias humanas en su vida terrestre. Ahí que, tanto la ciencia política que legisla las condiciones esenciales de la ciudad terrestre, como la prudencia política que determina las acciones que convienen a ciertas circunstancias concretas, para el logro de determinados fines políticos, deban ajustarse a la vida sobrenatural. De suyo se desenvuelven en un dominio puramente humano con una autonomía de acción regulada por la razón; pero todo ese orden está sobreelevado, en la economía presente, al fin sobrenatural que Dios ha asignado al hombre.

Esta subordinación no es puramente extrínseca, como si la política se refiriese a un fin superior sin renovarse en su interior; debe tender positivamente a la realización de un fin sobrenatural, pues importa una renovación interior, una regulación nueva. Porque la política, aun quedando en el orden de las realizaciones temporales, debe disponer de medios superiores a los de la naturaleza en el estado de sus exigencias puras. La política cristiana es, pues, de un valor humano nuevo y superior al de la política simplemente tal.

La pura erudición de las teorías y de los hechos políticos, lo que se llama actualidad política, es nociva si no se está en posesión de la auténtica filosofía de la política; y por lo mismo de la metafísica general de la inteligencia humana, lo que Santo Tomás llama sentido común, hoy completamente destruido por revelaciones ideológicas casi inverosímiles.” (Julio Meinvielle, Concepción católica de la política, 3ra.edición, Ediciones Theoría, Buenos Aires, 1961)2) “¿Qué es la política? Desde la consideración de ella como la actividad más noble a la que puede aspirar un hombre, hasta su menosprecio como símbolo de lo más turbio, de la ambición sin freno moral, de la astucia que todo lo mide en razón de su utilidad para conseguir el poder, hay una distancia que pide ser explicada. En nuestros días existe una apreciación bastante generalizada, según la cual pertenece a la política a un ámbito ajeno a la moral y a lo verdaderamente fructífero para el hombre, hasta el punto que se considera una muestra de seriedad y de honestidad ser “apolítico”. Si se mira, sin embargo, el ser “apolítico” desde la noción clásica de política, esto aparece como un engendro monstruoso, como lo propio de ángel o bestia metidos, con disfraz de hombres, en un mundo que no es el suyo”.

“De un modo general, la política es todo aquello por lo cual los hombres se vinculan al bien común más alto. Este bien se ofrece de una manera concreta, con perfiles nítidos y diferenciados, en la sociedad a lo largo de cuya historia se han cultivado los principales valores humanos. Es, por esto, el bien de la patria, entendiéndolo en su sentido más universal-en cuanto modo particular de darse el bien del hombre-y al mismo tiempo más concreto. Así, el amor a la patria, la justicia que dispone a dar lo mejor de uno a ella, es la dimensión básica de la política, necesaria a todo miembro de la ciudad, gobernante o gobernado. Con prescindencia de ella es imposible gobernar rectamente, pues desaparece el bien real como fin y criterio, y es imposible también ser parte adecuada de la sociedad política, pues no hay un todo real que dé sentido a la participación. El patriotismo, el espíritu de servicio, la entrega al bien superior, son las disposiciones políticas básicas”.(págs.80 y 84)

(Juan Antonio Widow, El hombre, animal político-Orden social, principios e ideologías, Academia Superior de Ciencias Pedagógicas de Santiago, Santiago de Chile, 1984)

UNA ADVERTENCIA DE ARISTÓTELES

3) “Cada cual juzga acertadamente de lo que conoce, y de estas cosas es buen juez. Pero así como cada asunto especial demanda una instrucción adecuada, juzgar en conjunto sólo puede quien posea una cultura general. Esta es la causa en que el joven no sea oyente idóneo en lecciones de ciencia política, pues no tiene experiencia de las acciones de la vida, de las cuales se extrae la ciencia política sus proposiciones y a las cuales se aplican estas mismas. Y además, como el joven es secuaz de sus pasiones, escuchará estas lecciones vanamente y sin provecho, toda vez que el fin de esta ciencia no es el conocimiento sino la acción.

Ninguna diferencia existe entre respecto entre el adolescente por la edad y el de carácter pueril, pues no es el tiempo la causa de su incapacidad sino la vida que lleva conforme a sus pasiones y dispersa en la pesquisa de todo lo que se le ofrece. Para estos tales el conocimiento es estéril, como para los incontinentes. Más para los que ordenan por la razón sus deseos y sus acciones, de gran utilidad será saber de estas cosas”. (Ética Nicomaquea, Libro I, Capítulo III)

4) ORDEN SOCIAL Y ORDEN POLÍTICO

“La democracia es un régimen político tan viable como cualquier otro, a condición de que sea el resultado de una sociedad viva. El orden político está en estricta dependencia del orden social y no a la inversa”.

“La democracia política que no esté sustentada por una sólida democracia social preexistente, es decir sobre las realidades familiares, profesionales, comunales y regionales a medida del hombre, estrictamente despolitizadas, es la muerte de un pueblo. Si nosotros queremos purgar la democracia de sus males y devolverle la salud, hay que realizar la sanatio in radice indispensable y, por fuera de la política, establecer los fundamentos sociales del régimen que parece ser el de nuestra época. No decimos que la cosa sea fácil, sino absolutamente lo contrario. Pero entre vivir socialmente o perecer políticamente, la elección de todo hombre no cegado por los prejuicios de un tiempo absurdo, está hecha”.

(Essai sur la fin d´ une civilisation, Librairie De Médicis, Paris, 1949 , p.112, citado en http://catapulta.com.ar/?p=8311)

Notas del Francotirador

1) Esta breve selección está destinada a lectores jóvenes que deseen “estar en posesión del auténtica filosofía de la política” y “vincularse al bien común más alto”, como enseñan nuestro maestro Meinvielle y el querido amigo Widow. Así evitarán beber el veneno de falsos eruditos y “opinólogos”, que  un día se ocupan de lo que pasa en Ucrania y al otro de lo que sucede en Brasil, con la misma suficiencia e impunidad que les brindan los medios de comunicación.¡Todo  sea por figurar!

2) Quisiera también que reparen en la observación de Marcel de Corte. Puede servir para que muchos nacionalistas católicos, inficionados de ideologismo  y “cegados por los prejuicios”, se decidan a participar activamente en política constituyendo  un movimiento de “sanación política”–antidemocratista y no antidemocrático- que los buenos argentinos reclaman. Y que después no se quejen de los votos de Milei. En la próxima entrega reproduciré los artículos del Padre Julio y de Carlos Sacheri sobre la democracia, que esos ideólogos no se han atrevido a replicar cuando fueron publicados en esta misma página. (LA DEMOCRACIA TRADICIONAL, SEGÚN  EL PADRE MEINVIELLE” https://www.aladerecha.com.ar/?p=947#comments  y “LA DEMOCRACIA” ( UN TEXTO DE CARLOS SACHERI) https://www.aladerecha.com.ar/?p=1706#comments)

COLONIZACIÓN INTELECTUAL (III)

Amnistía Internacional y sus aberraciones

Amnistía Internacional Argentina trabaja en la protección de los derechos humanos así como también la difusión de los derechos como herramienta para que las personas conozcan cuáles son las herramientas con las que cuentas para defenderse.

Esta área se dedica a la investigación, la promoción y la difusión de los derechos en los siguientes campos:

Derechos sexuales y reproductivos

Las mujeres tienen derecho a la vida, pero mueren innecesariamente a causa de la pobreza, la injusticia y la discriminación de género. Las mujeres tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, pero para acceder a la atención a la salud se enfrentan a dificultades económicas y sociales. Las mujeres tienen derecho a decidir cuándo quedarse embarazadas, pero a muchas se les niegan los métodos anticonceptivos y el control sobre su propio cuerpo.

La consagración del derecho al aborto en la Argentina constituye un paso histórico en la realización de los derechos humanos de las mujeres, niñas y personas con capacidad de gestar y permite al Estado avanzar en el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos en materia de salud pública y derechos humanos. La ley nacional 27.610 de interrupción voluntaria del embarazo (IVE), producto de la lucha colectiva de los movimientos feministas y de derechos humanos, se ha constituido en modelo para la región y demás países del mundo. Hoy nuestro punto de partida es el reconocimiento de la autonomía reproductiva de las mujeres y el acceso al aborto legal desde un enfoque de derechos humanos. Lograr la efectiva implementación de la ley exige que se desarrollen políticas públicas para garantizar la disponibilidad de servicios de salud sexual y reproductiva, capacitar a profesionales de la salud, garantizar el acceso al misoprostol, promover la comercialización de la mifepristona, fortalecer el acceso a atención post evento obstétrico, robustecer el ejercicio de la educación sexual integral, y garantizar el acceso a la información para el empoderamiento legal de las mujeres y personas gestantes, entre otras cuestiones. Sin embargo, a un año de la aprobación de la ley N° 27.610, los desafíos que enfrentan las mujeres y personas gestantes para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo comienzan por conocer cómo y dónde hacerlo: no se ejerce un derecho que no se conoce. En este sentido, resulta indispensable se garantice el derecho a acceder a información actualizada, veraz y en lenguaje y formatos accesibles sobre todas las alternativas posibles con relación a un embarazo, para tomar decisiones informadas, libres y autónomas. Dicha información debe proporcionarse de una manera compatible con las necesidades de la persona y la comunidad, tomando en consideración, la edad, el género, los conocimientos lingüísticos, la discapacidad, la orientación sexual, la identidad de género.

ESI y Derechos Humanos

La Educación Sexual Integral (ESI) es un derecho humano. Niñes y jóvenes tienen derecho a acceder a una educación para tomar decisiones libres, informadas y responsables sobre sus cuerpos y proyectos de vida. Esto incluye recibir información científicamente validada acerca de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad, así como el derecho a vivir una vida libre de discriminación y violencia por razones de género o por cualquier otro motivo.

La ESI busca transmitir habilidades, actitudes, valores y conocimientos que contribuyan para que niñes y adolescentes puedan:

  • Fortalecer las capacidades para vivir su sexualidad libre y placenteramente
  • Conocer sus derechos, desarrollar un pensamiento crítico y enriquecer el ejercicio de su ciudadanía
  • Cultivar valores positivos hacia la salud sexual y reproductiva, desarrollar su autoestima y el respeto por los derechos humanos y la igualdad de género
  • Responsabilizarse por sus propias decisiones y conductas y por la forma en que éstas pueden afectar a los demás.

ESI en Argentina.

La educación sexual integral (ESI) es obligatoria en todo el territorio nacional argentino desde el 2006. La ley Nacional N° 26.150 reconoce el derecho a la ESI de todas las personas, desde el nivel inicial hasta el superior, en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de todo el país.

La ESI brinda educación precisa y con base en la evidencia científica, gradual y adecuada a cada edad y etapa del desarrollo; ; con enfoque de derechos humanos; con base en la igualdad de género, fomenta un entorno de aprendizaje seguro, saludable y centrado en les estudiantes y su abordaje debe ser respetuoso de la cultura y adecuada al contexto.

Amnistía Internacional y la educación sexual integral.

La justicia de género y los derechos sexuales y reproductivos (DSR) están en el centro del trabajo de Amnistía Internacional. En una región dónde las mujeres, las niñas y adolescentes y las personas no-binarias y LGBTQIA+ enfrentan graves niveles de discriminación y violencia debido a prejuicios y estereotipos culturalmente enraizados, creemos firmemente en que la educación sexual integral es clave para impulsar un cambio cultural y que este cambio debe ser liderado por una juventud empoderada y con herramientas para defender sus derechos.

La organización cuenta con una reconocida trayectoria de trabajo con adolescentes, jóvenes y docentes en proyectos sobre educación en derechos humanos y empoderamiento juvenil. A través de estos, se enfocó el trabajo en la formación para la promoción de sus derechos y en el desarrollo de habilidades para que lideran acciones de activismo e incidencia política.

Curso de formación sobre derechos LGBTIQ+

31 marzo, 2022.Hoy, en el marco del Día Internacional de la Visibilidad Trans, Amnistía Internacional lanza el curso Diversxs: la urgencia de tomar acción, como una herramienta que promueve la información y la formación en derechos humanos y derechos LGBTIQ+, y que responde a la urgencia de contribuir a erradicar la violencia y la discriminación que dañan profundamente la dignidad de las personas LGBTIQ+ en las Américas.

Tan sólo entre 2019 y 2020, 689 personas fueron asesinadas en América Latina y el Caribe por motivos relacionados con su orientación sexual, identidad y/o expresión de género, de acuerdo con cifras documentadas por la red regional Sin Violencia LGBTI.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que la esperanza de vida de las mujeres trans en América Latina es de tan sólo de 35 años, mientras que la mayoría de los Estados de la región continúan sin garantizar los derechos y mecanismos que contribuyan a que las personas trans salgan de la exclusión y tengan las mismas garantías en lo que se refiere al reconocimiento de sus identidades, el derecho a las salud, educación y trabajo digno.

“Hoy, el Día Internacional de la Visibilidad Trans, es necesario recordar que las personas trans son quienes enfrentan mayores índices de violencia y discriminación, motivadas en buena medida por la desinformación, la falta de sensibilización y el avance de los discursos de odio por parte de grupos conservadores”, dijo Yahir Zavaleta, coordinador regional de Diversxs.

“Por eso hemos creado este curso que brinda un conjunto de conocimientos claves que permiten adentrarse y conocer el ámbito de los derechos de las personas LGBTIQ+, así como una serie de herramientas didácticas que promueven la autorreflexión y el llamado a la acción ante la violencia y discriminación que enfrentan las comunidades género-diversas en diferentes contextos y situaciones que acontecen en América Latina y El Caribe.”

Diversxs: la urgencia de tomar acción, tiene una duración de dos horas. Es un material relevante para personas activistas, defensoras de derechos humanos, aliadas, docentes, padres y madres de familia, funcionarios de entidades públicas, y público en general que tengan interés en ampliar sus saberes y adquirir nuevas herramientas para la defensa de los derechos humanos y los derechos LGBTIQ+ dentro de sus comunidades. El acceso al curso es totalmente gratuito y al concluirlo se obtiene una certificación final. No se requiere de ningún conocimiento previo en el tema, únicamente el compromiso de actuar en favor de los derechos humanos y los derechos LGBTIQ+.